... de "rock nacional" nada, de "rock local" mucho menos, incluso alguna vez, y entre copas, iluminados, habíamos discutido sobre las realidades de los conceptos de 'nación', 'república', 'estado'... etc's... para elucubrar un poco sobre el "rock boliviano", casi que cuestionando su existencia, como también sus débiles (e imposibles) identidades... muchos años después, y aún no resuelta la cuestión sobre la 'posible situación' de ser gestores de un rock de ascendencia nacional, me encuentro ante interesantes propuestas musicales.
Un par de años han pasado desde que mi amiga Shirley me invitara a un concierto en la universidad, para ver algunas bandas del cartel popular cochala. En años precedentes había estado asistiendo yo a una decena de conciertos de metal, y evitando el cartel popular de agrupaciones de muchachos mono-neuronales amantes del ska.
(Siempre me ha parecido más sincera esa opción, el metalero es "metalero nomás", escuchará thrash o black, power o doom "metalero nomás"; no se carga etiquetas para hacer "metal boliviano", solo toca, le pone empeño y escucha con pasión la musiquita no importa de dónde venga...)
En una anterior entrada hablaba sobre Coda 3, y el impacto que supuso su música en la década de los noventas; ¿qué ha pasado desde entonces?, la música moderna hecha en Bolivia, ha ido complejizando de maneras interesantes sus paisajes, sino con ideas innovadoras, con versiones sensibles (y casi traducidas al sentir boliviano) de la música global.
Pues nada, y mucho. En vez de 5 banditas, hoy existen un centenar, suficientes como para justificar espacios en radio o en televisión, de varias calidades por supuesto: las que tocan en el quince del prefecto o las que se dan de mega-estrellas 'no consumidoras' (ja!).
Existe, en todo caso una paleta mayor de posibilidades de encuentro sónico.
Volviendo al asunto de este post, interesantes temas he escuchado de musiquita hecha en Boliva, con pretexto de cuecas o diabladas, de tributos, pluggeds o un-pluggeds, covers alegrones o depresivos...
en eso que ví a las bandas del cartel esa noche con Shir, me quedé prendido de una de esas melodías "hit de radio". Melodía que volví a escuchar un tiempo después en la casa de un amigo quillacolleño, co-participe, según él, de su creación.
A-pie, es una agrupación cochabambina con un sonido básico en el que sobresale la impresionante voz del vocalista; lo suficientemente buena como para sugerirla y compartirla en red.
Si bien, sacaron a fines del 2007 recién su primer álbum, pongo en consideración de ustedes un cd con varios temas que vienen sonando ya hace varios años en el país con el homónimo de la banda "A-pie".
"Llevamé"...
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