Tengo varios amigos amantes de la música, que recorren variados estilos, los hay con gustos: hacia el rock clásico, al metal, al new age, a la folklórica, al jazz, al pop,... casi todos han explorado las raíces de sus gustos, y no falta algún fundamentalista que supone que su escucha, una banda, o un músico de su banda son la "crema de la crema".La mayoría de los amigos, como yo, vivió en plenitud la década noventera y lo más seguro es que sus pasión por algún genero en especial detonó con alguna banda de ese periodo; obvio que en muchos casos uno llega precondicionado a su adolescencia si su padre escuchaba Uriah Heep todo el tiempo, o Dylan, Sandro, Savia Andina...
En plenos noventas, fui parte del montón que escuchaba Metallica, contrastando con Guns, reusandome a Nirvana, en fin, varias situaciones,... ya en la universidad pude ir afinando y ampliando más los sonidos que cuadraban con nuestras vivencias...
...en algún periodo lúgubre, llegó Portishead."Roseland..." es un disco del año 1998, la calidez de los arreglos para una pequeña orquesta de vientos y cuerdas se hace notar en este disco en vivo, de una agrupación británica que vendría a alcanzar notoriedad por su poderosa experimentación sónica.
Hace unos posts atrás hablamos un poco de Massive Attack, y de la movida en Bristol, lugar en que la experimentación sonora derivo en paisajes electrónicos con atmósferas densas y grises, Portishead no se quedaría corta, y con su primer disco "Dummy" del 94, alcanzarín el olimpo musica, haciendo de Beth Gibbons una voz archiconocida.
Este disquito sintetiza los dos trabajos realizados por la banda en años anteriores... y es un disco en vivo indispensable, finiquito!
"Seven Months"
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